En el término de varios días voy a pasar de un estado de baja laboral, a la reinserción en el mundo del trabajo, como autónoma. Atrás queda un periodo de incapacidad física, dejo seis meses de un “stand by” (parada forzada del mundo acelerado en el que vivimos y de la agitación interna continua en el que estaba sumergida). Volver a ese frenesí anterior a la lesión, me inquieta. Tras los descubrimientos y aprendizajes obtenidos durante al parón, quisiera haber integrado y pueda cambiar mi ritmo de vida y no repetirme en las andadas estresadas.

Este suceso traumático fue resultado de una fractura complicada y poco habitual en la articulación del mediopié izquierdo (articulación de Lisfranch para ser exactos). Esto me obligó a parar en seco. La cárcel de una escayola entera 1 mes, hizo que me desplazara con silla de ruedas y ser MEGAdependiente. Tuve la suerte de contar con conductoras generosas… entre las cuales me gustaría destacar a varias amigas que me acompañaron: Kety, Julia, Pilar Tebar, May, Lola Leda, Trini, Eva, Lidón y Conxa. Destacar también, a la mejor madre del mundo (la Pili). Una madre con dotes culinarias, sanitarias, administrativas y domésticas, que me ayudó con mucha paciencia, alegría y generosidad. Todo ello lo rescato ahora y lo atesoro, como herencia y sin desmerecer así, la ayuda de mi padre (el Manolo), que también estuvo en modo taxista.

Tras la escayola, continuaron 2 meses con una férula inmovilizadora y otros 3 más, sin ella. Un total de 6 meses de proceso… un proceso progresivo de recuperación, en los diferentes niveles (físico, mental, emocional y existencial) que es lo que vengo a compartir en este escrito. Y que es además la utopía en mi bagaje profesional, poder ofrecer esta experiencia, en el Centro de Fisioterapia y técnicas corporales CALMA, que lidero.

Para empezar por el inicio de la historia…Estaba yo danzando descalza, después de una noche de insomnio, derivada del estrés de tener que exponer ante un público de 60 alumnos, la técnica de la que soy didacta y que siento como mi misión de vida, la BIODANZA. Cuando en un impetuoso paso de intensidad, sin la PROGRESIVIDAD que se necesita en estas ocasiones, sentí un crujido en el pie izquierdo, base de mi femineidad y apoyo de mis estructuras sensibles, que rompió la cúpula del arco del pie y con ello el viaje a la Aurora BOREAL a Noruega, programado para el mes siguiente…

Mi danza continuó, llamativamente, a la pata coja y así también mi labor de didacta en el módulo de “Aspectos Fisiológicos” que impartía todo el fin de semana, en la escuela de Biodanza de Ayün de Castellón. Aunque la vida continua y el movimiento también, pero de una  forma más regulada y ritmo más orgánico. El mensaje que recibo y con ello aprendizaje, es ESCUCHAR al cuerpo, SENSARLO (sentir corporalmente sensaciones, emociones INTERNAS…) para descubrir su sabiduría y capacidad auto-sanadora que tiene. Como los diferentes procesos de funcionamiento fisiológicos del cuerpo humano, hacen su trabajo si les damos tiempo, espacio y posibilidad. Así constatar la interacción de todos los sistemas orgánicos, desde el neurológico (mental) pasando por el endocrino y sin obviar el inmunológico, he tomado  conciencia, de cómo un pensamiento o una emoción afectan en nuestro funcionamiento fisiológico, desde la neurología y las neuronas, llevando por el sistema hormonal los efectos hacia el sistema inmune y favoreciendo o disminuyendo nuestra SALUD.

Quiero agradecer en este periplo, cada una de las intervenciones de las personas que me han acompañado, con mayor o menor medida y fortuna, haciendo fácil lo complicado. Cuidándome, frenándome en el caso de la traumatóloga, que sólo miró mis radiografías (por cierto demasiadas a mi criterio), al gran EQUIPO CALMA de Fisioterapia Integrativa: con los masajes globales de Olivia de Pablo, la fisioterapia analítica especifica de Gloria Gimeno, la Yogaterapia de Majo Serrat con meditaciones que reeducaban mi patrón motor, desde la sensibilidad, las plantillas posturales de María José Alonso, el apoyo moral de María José Nebot y la última incorporación de Víctor, con su aire fresco y masculino. No me olvido de Desiré Bacas, nuestra administrativa que, con su sonrisa en recepción, suaviza la entrada posterior en terapia…

En este proceso de recuperación física, añadir que el componente de la recuperación emocional ha sido clave: con las meditaciones de Astiko (cedidas por Maria Cucó) junto al asesoramiento del traumatólogo integrativo Isidro Sánchez Grima, de Madrid, aportando suplementos alimenticios naturales (evitando medicaciones químicas) y técnicas varias, como laserterapia, magnetoterapia, acupuntura. Ya veis, completito.

Y para terminar, agradecer a un equipo humano formado por mis alumnos de formación de facilitadores de Biodanza, por sostener mis grupos con sus demos y con su presencia. Rescato así el PODER de la BIODANZA, en la última fase de mi proceso de RECUPERACIÓN en el que me hayo inmersa en estos momentos. Una REHABLITACION EXISTENCIAL, donde cada paso que doy, en el caminar, cada danza sóla o en compañía, son VIVENCIAS (experiencias globales que me permiten integrar el nuevo SER, en el que me he convertido. Con esta técnica, a la cual me dedico desde hace más de una década, quiero exponer que es un complemento perfecto para hacer el PROCESO de recuperación a todos los niveles, por la música que me hace entrar en mi mundo emocional, por el movimiento (danza y actividades física) con sentido y sensibilidad, por el grupo que me sostiene y por el carácter AFECTIVO que la define, donde el cuidado y el vínculo son lo primordial.

Termino este artículo-relato con un GRACIAS en mayúsculas a todos los nombrados y a los que no nombre, GRACIAS a la VIDA, a mi gran maestro de Vida, mi hijo Alejandro, siempre a mi lado, con su gran corazón, mostrándome lo ESENCIAL, y lo que más cura… que es el AMOR.